Para proteger y mantener tu toldo durante el invierno, es esencial seguir algunas recomendaciones clave que aseguren su durabilidad:
Recógelo en caso de mal clima: Si se pronostica viento fuerte, lluvias o nevadas, lo mejor es guardar el toldo. Dejarlo extendido puede provocar roturas en la lona o daños en la estructura debido al peso o la fuerza de estos elementos climáticos.
Limpia y seca antes de enrollar: Asegúrate de que el toldo esté completamente limpio y seco antes de recogerlo. Esto evitará la formación de moho y la acumulación de suciedad que pueda dañar la lona o dificultar su limpieza futura.
Cuida los componentes metálicos: Los herrajes y partes metálicas deben mantenerse secos y lubricados para prevenir el óxido y el deterioro por la humedad. Si ya hay oxidación, es importante limpiarla y aplicar productos protectores.
Evita acumulaciones de agua o nieve: Si por alguna razón el toldo queda desplegado, elimina cualquier acumulación para evitar sobrecargas que puedan deformar o romper la lona.
Inspección periódica: Revisa la lona, las costuras, los herrajes y el motor (si es motorizado) para identificar posibles daños. Detectar problemas temprano evita reparaciones costosas o reemplazos innecesarios
Siguiendo estos consejos, tu toldo estará listo para volver a usarse cuando llegue el buen tiempo.